top of page

Blancos.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

 

                El físico alemán, Werner Heisenberg, revolucionó la física cuántica en 1925 con su postulado “Principio de Incertidumbre”. Demostró que cuando un observador estudia su entorno lo altera. Por ejemplo; si queremos saber la posición exacta y velocidad de un electrón, para realizar esta medida (para poder «ver» el electrón) es necesario que un fotón de luz choque con el mismo, modificando la posición y velocidad de dicha partícula. Es decir, por el mismo hecho de realizar la medida, el observador modifica los datos introduciendo un error que es imposible reducir a cero por muy perfectos que sean nuestros instrumentos.

 

            Al igual que dicho precedente con el fotón de luz, cuando estudiamos algo lo hacemos, obviamente, a través de la razón, pero esto también condiciona sus posibles resultados, ya que todo lo cuestionable se encuentra formulado por la lógica y sólo por la lógica se podrán resolver los enigmas planteados por la misma. Pongamos un ejemplo; si formásemos un puzle que hubiéramos creado previamente, no cabe duda de que todas las piezas encajarán a la perfección. Al igual que Heisenberg con su fotón de luz, aquí es “la razón” quién desplaza “la realidad” acotándola según sus reglas, alterándola, interpretándola e impidiéndonos reconocerla en su plenitud.

 

           Para realizar este proyecto utilizo diferentes objetos, a los que trato según necesidad, aplicándoles el color blanco. Con este color he querido metaforizar la razón, la lucidez, la investigación o nuestra manera de mirar al mundo, velando así dicho objeto y su propio concepto, deconstruyéndolo, haciéndolo desaparecer de su estado original, el nuestro, para devolverlo al observador con otro significado completamente diferente y no menos veraz; el de obra de arte.

                                                       

bottom of page